La participación ciudadana es definida como la intervención de los ciudadanos en las decisiones que se tomen en todos los ámbitos, en el manejo de los recursos, y en las diferentes acciones dirigidas a la construcción y desarrollo de una comunidad.
Hoy en día desde las diferentes universidades se involucra activamente a la comunidad estudiantil mediante la formación de liderazgo y haciendo uso de las herramientas digitales para su socialización, como una apuesta de participación en la construcción de los planes de desarrollo municipales y del Estado, permitiendo conocer su organización, los derechos y obligaciones de los ciudadanos, los mecanismos de participación y control social, entre otros, estableciendo con ello una permanente interacción y participación democrática, encaminando ese actuar ciudadano como la base más importante en los diferentes procesos, bien sean de afianzamiento o de cambio, dando una verdadera relevancia a las consultas populares y los referendos en cuanto tiene que ver con las acciones gubernamentales y bajo los principios y bases de igualdad, justicia y equidad.
Asumiendo el papel crítico y reflexivo que todo ciudadano debe tomar, es importante mencionar que los gobiernos con democracias modernas, deben incentivar con la participación ciudadana, los espacios necesarios para que los liderazgos compartidos primen sobre los fines de individualismo, y enfrenten crisis latentes en la sociedad y en la gobernanza, tales como la pérdida de credibilidad, el desinterés por las acciones y asuntos públicos, la falta de institucionalidad, la deslegitimación de los gobiernos, los vacíos en la gobernabilidad, y el abstencionismo tanto político como en los mecanismos de participación; y es que solo con la libertad y la buena reflexión serán posibles los cambios político sociales y el relevo generacional, construyendo una efectiva transformación hacia verdaderas democracias representativas.
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